Febrero 2005

  El Grand Voyager, explotado por la empresa Iberojet, un moderno crucero de 180 metros de eslora y 26 de manga realizaba un crucero por el Mediterráneo. El domingo puso rumbo de Tunez a Barcelona de forma tranquila. Pero al pasar Cerdeña camino de Menorca se encontró en medio de un temporal con vientos de más de 100 km/h (fuerza 11 en la escala de Beaufort) y olas de más de 12 metros (fuerza 8 de estado de la mar).

  A 60 millas de Menorca, un golpe de ola sobre el puesto de mando rompió los cristales y el agua que penetró en la embarcación dañó el equipo eléctrico y la electrónica del barco parando los cuatro motores.

  El Grand Voyager, con 474 pasajeros y 317 tripulantes, estuvo durante 5 horas a la deriva dando fuertes pantocazos que provocaron en sus pasajeros contusiones por todo el cuerpo y destrozos en el interior de sus 180 metros de eslora. Los pasajeros se reunieron durante este tiempo en el salón de cubierta con los chalecos salvavidas puestos.

  Cuando por fin consiguieron arrancar los motores y gobernar de nuevo la embarcación se encontraron que no podían entrar en ningún puerto de Menorca debido al fuerte temporal y tuvieron que dar media vuelta poniendo rumbo a Cerdeña.

  5 pasajeros han tenido que ser ingresados en el hospital de Cagliari con rotura de huesos causadas por el fuerte oleaje que azotaba la embarcación. Iberojet se encargará de trasladar a los pasajeros en 3 aviones a Barcelona y Madrid.

  El fuerte temporal impide la navegación entre las Islas Baleares. Por su causa, la Isla de Menorca ha cerrado todos sus puertos.