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Probamos el Albatross 40; 200 millas de sensaciones

 

Un velero fuera de lo común. Prestaciones sorprendentes y un concepto al más puro estilo Deck Salón. Un barco fácil de llevar y cómodo como muy pocos, en el que sentir el contacto con el mar gracias a su enorme cabina panorámica.

 

Ideado y diseñado en España antes de salir al mercado el nuevo Moody, el Albatross 40 forma parte de ese grupo de barcos (Wauquiez, Moody,  Nauticat,…) pensados para los aficionados que quieren vivir el mar en su máxima dimensión y disfrutar las mejores vistas que nos ofrece el océano y espacio infinito.

A más de uno acostumbrado a las cubiertas tendidas le sorprenderá su salón sobre-elevado que tantas ventajas aporta. Además de gozar de unas vistas impresionantes desde el interior, el Albatross aporta soluciones conceptuales fuera de lo común, como el garaje para la auxiliar que todos los verdaderos aficionados echamos en falta en la mayoría de los veleros de 12 metros.

Es desconcertante comprobar como muchos astilleros no prevén tan importantes espacios, como el dedicado para la balsa salvavidas, las voluminosas defensas o el garaje para la embarcación auxiliar. Es cierto que en las últimas versiones, algunos fabricantes ya ofrecen la estiba para la pesada balsa salvavidas, pero de la auxiliar… ni hablar.  Y al final los aficionados acaban improvisando una solución de compromiso encima de la cubierta que condena uno de los tambuchos o la arranchan como pueden en la popa, o la cuelgan de unos, siempre antiestéticos, pescantes. Por fortuna, el Albatros 40 dispone de un buen garaje cuya puerta basculante hace las veces de plataforma de baño y en el que también podemos estibar la balsa.

 

Una bañera excelente. Una cubierta muy lograda

La bañera es el lugar más “vivido” en un crucero y el Albatross con doble rueda y doble pala de timón ofrece una amplitud de espacios sorprendente. Las grandes puertas que conectan salón y bañera al mismo nivel sin necesidad de bajar escalones, recuerdan a las de cualquier yate de motor y permiten integrar ambos espacios en una única estancia. 

Cuando el tiempo refresca o hay que navegar por la noche, la cubierta queda muy protegida por el salón sobre elevado desde el que también podremos pilotar a resguardo de cualquier inclemencia. Para ello en babor se encuentra el puesto de gobierno interior con una consola en la que se ha montado una completa pantalla multifunción.

La borda es alta y cerrada lo que garantiza una gran seguridad al ir hacia la proa para la maniobra del ancla o para efectuar algún ajuste en la aparejo, que no en la vela de proa, ya que el foque es autovirante con enrollador, por lo que no será necesario salir de la bañera en navegación ni necesitaremos cambios de escota al pasar a la banda contraria. Un inmenso pozo de anclas con molinete Lewmar en donde caben, sin problemas, las siempre incómodas defensas.

 

 

Los bancos de la bañera forrados en teka, como el resto del suelo y los pasillos, son amplios y acogedores. Nos permiten estirarnos totalmente y relajarnos para tomar el sol o echar una cabezadita. Al levantar los bancos asistidos  por pistones hidráulicos, descubrimos otra nueva sorpresa. El espacio de estiva siempre tan necesitado en un crucero para almacenar, defensas auxiliares, largas estachas para fondeos complicados, herramientas de limpieza a presión, cajas de herramientas y de pinturas, equipos de buceo, bicicletas plegables y demás pertrechos, ¡es enorme! Debe tener del orden de unos 5 metros de largo por 0,80 de ancho y al menos 1,5 m. de altura… ¡Que grata barbaridad! Me introduje dentro y me pareció que todo está a la vista, fácil de mantener y de ordenar, incluido todo el sistema de gobierno que para mi satisfacción observe que es un equipo “Jefa”.

 

 

Desde la bañera subes un pequeño escalón hacia la amplia zona de gobierno, acertadamente independiente de la bañera, y desde la que accedes a toda la maniobra sin tener que pisar cabos y escotas. Que gusto no tropezarte con las personas que se encuentran en la bañera y no te dejan maniobrar en los winches Harken que equipa el Albatross 40. Toda la maniobra está reenviada a la zona de gobierno de tal forma que una sola persona puede manejar perfectamente el barco.

El mástil de “Selden” es con mayor enrollable de sables verticales y el Génova de proa Furlex autovirante facilita las navegaciones en solitario.

 

Albatross 40;  La primera experiencia

Aprovechamos una larga travesía de más de 200 millas desde Denia hasta Barcelona para tomar el “pulso” a este nuevo velero, que en todo nos satisfizo y del que fuimos enamorándonos con el transcurrir de las millas.

Eran las siete de la mañana de un día que presagiaba ser claro y soleado aunque un poco fresco. Mi primera impresión cuando lo ví, acostumbrado a los típicos cruceros de cubiertas tendidas, fue de sorpresa por el alto volumen de su salón de puente. Pero poco a poco la sorpresa dio paso a la admiración, a medida que descubrimos sus detalles y todo lo que esconde la filosofía “Deck-Saloon”.

Después de desayunar sobre las ocho y con un espléndido sol de mañana y sin apenas viento alguno, enfilamos nuestro rumbo. Es curioso comprobar cómo a pesar de la escasa brisa existente y con un mar totalmente plano, el Albatross se maneja con evidente facilidad.

 

 

En ese instante comencé a efectuar una exploración a fondo del barco, los materiales empleados, el mobiliario, su acastillaje, su capacidad de estiba, sus volúmenes, ….. Francamente, me sorprendió la calidad de sus laminados y fortaleza con que está todo dimensionado, especialmente cuando lo comparamos con otros barcos de serie.

 

Al pasearme por el barco descubro un mobiliario y distribución muy acertados, como el camarote de proa tipo “suite”, con un amplio baño dotado de ducha separada, y frente a este baño otro también bastante amplio para dar servicio al resto de la embarcación. Nueva sorpresa al entrar en el camarote de estribor que es enorme con una cama transversal de no menos de 1,50 m. de anchura, el camarote de babor, también muy amplio, es como el resto de las estancias, muy luminoso gracias a las ventanas practicadas en el mismo casco. Todos los camarotes están equipados con unos amplios armarios y diferentes huecos de estiba, mesillas, asientos, huecos totalmente vacíos bajo las camas.

 

 

El salón es un lugar en el que apetece estar y en el que te encuentras durante la navegación tan cómodo como en bañera. Me encuentro con un amplio sofá convertible en cama en forma de "2L”, frente a una espléndida cocina con una encimera de tipo silestone que cubre todo el hueco, incluyendo el fregadero, y con grifería GROHE. La cocina, situada al lado del frigorífico vertical, es de gas con tres fuegos con horno.

 

 

 

 

 

A popa del salón y bajo una amplia escotilla llegamos a una verdadera sala de máquinas en donde se trabaja con desahogada amplitud y en la que poder instalar, sin problemas, además del motor principal, un generador y equipo de desalación, o un parque de baterías complementario… ¡Hay espacio para todo!

 

 

La navegación del Albatross 40

Haciendo bordos en diferentes ángulos, y con vientos flojos de 10/12 nudos el barco se muestra más que alegre con velocidades entre 5,5 a 6,5 nudos de GPS, bajando un nudo en ceñida con una escora bastante controlada. Estamos ante un auténtico velero de crucero. Ya por la tarde y después de comer, el viento ha subido a unos 15 nudos y el Albatross se desliza a placer por encima de las olas cuando buscábamos los ángulos cómodos. Pero el viento sigue subiendo y sobre las 7 de la tarde ya alcanza en torno a los 20 nudos. ¡Alucinante comprobar cómo alcanzamos puntas de 10,1 nudos y con un poco de apoyo del motor la velocidad sube a 10,8 nudos de GPS, por encima de la velocidad límite del casco y por tanto ¡haciendo planeos!

Pero falta mucho recorrido para llegar a Barcelona y tuvimos que afrontar una noche muy ventosa y sobre todo gélida. En todo momento el Albatross se portó francamente bien y disfrutamos al navegar calentitos y cómodamente desde el salón, compartimos las guardias mientras picábamos aperitivos sin necesidad de salir al exterior ni siquiera para revisar el ajuste de la jarcia móvil, pues todo se inspecciona de un solo vistazo desde el interior.

El amanecer nos deparó una día de calma chicha durante el cual avistamos bancos de atunes y algún pez luna.

 

Ficha Técnica

Albatross 40

  Eslora 12,00 m
  Manga  4,00 m
  Calado  2,00 m
  Motorización     55 Hp
  Desplazamiento 9.700 kg
  Camarotes 3
  Superficie Vélica 78 m2
  Certificado A
  Agua 400 litros
  Combustible 215 litros

 

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