Sus
aguas pueden ser tan hermosas como peligrosas, dependiendo de la
temporada y caprichos meteorológicos que se avecinen. Desde las
costas del norte del Europa, el Golfo de Vizcaya es paso
obligado hacia el Caribe. Y en sentido contrario, si deseamos
visitar desde España las costas Bretonas o tirar más al norte
hacia Inglaterra o quizá hasta las bellas costas del mar del
Norte.
El Golfo
de Vizcaya tiene mala reputación y es que cuando muestra su lado
feroz, en sus aguas se desatan enormes temporales. No es
de enormes dimensiones, pero puede ofrecer un aspecto terrible,
pues en él se encrespan en muchas ocasiones las aguas
provenientes de los temporales del Atlántico Norte.
Desde las
costas inglesas hasta las rías gallegas distan 400 millas
náuticas sin refugio alguno, ya que aunque nos acerquemos a Las
Landas francesas, la costa no ofrece a penas protección y la mar
se puede hacer muy dura debido a la baja profundidad
de la meseta continental en la que las olas levantan en
peligrosas rompientes.
Antes de
navegar en el Golfo de Vizcaya es fundamental comprobar la
última meteo para deducir lo que podemos esperar durante las
siguientes horas. Las cartas Pilot-Charts (de las que hemos
hablado en otros artículos en Fondear), nos pueden dar una idea
de lo que podemos encontrar es estas aguas en los diferentes meses del
año, para descubrir que los meses de invierno no son los más
adecuados para salir a por el bonito del norte, salvo que veamos
una ventana meteo clara y bien propicia.

Si los
vientos del Atlántico crecen con componentes Oeste, podemos
esperar un claro empeoramiento en las aguas del Golfo de
Vizcaya. Ya metidos en el invierno los deseados vientos del
Norte que serían portantes y en caso de hacer ruta a Canarias
para enganchar los alisios, son menos frecuentes. Por ello la
bajada en ruta Sur hacia aguas portuguesas no se debe demorar,
so pena de tener que esperar una ventana adecuada que puede
retrasarse mucho tiempo una vez perdido el otoño.
Sea como
fuere, si la previsión indica una llegada de algún frente, que a
veces encadenan una serie de ellos, debemos quedarnos en puerto,
pues el Golfo de Vizcaya actúa como un potenciador de malos
mares debido a su especial configuración geográfica y la
elevación de sus fondos en toda la plataforma continental que en
el Este se extiende hasta 60 millas náuticas mar adentro. En
esta zona, la mar puede volverse particularmente malvada si nos
encontramos con un cambio de viento desde el Suroeste hacia el
Noroeste, lo cual genera olas contrarias que al montarse dan
lugar a monstruos difíciles de domar en mares con poca
profundidad, produciendo vuelcos y hundimientos que no dejan de
alimentar las estadísticas.

Por si
todo ello no fuera suficiente, parte de la mala prensa del
peligroso Golfo de Vizcaya proviene del efecto de embudo de la
orografía de sus costas Francesas y Españolas, cuando el viento
sopla con fuerza desde el primer cuadrante.
En alguna
ocasión bajando un velero desde Bretaña a España y navegando
tras el paso de uno de estos frentes, tuvimos que navegar con
algo de viento pero una marcada mar de fondo capaz de marear al
más acostumbrado lobo de mar. El Golfo de Vizcaya recibe todo el
mar de fondo que queda tras los pasos de las depresiones
atlánticas.

Si nos
sorprende una bajada del barómetro más típica de las épocas
estivales, debemos recordar que los puertos franceses del Este
del Golfo de Vizcaya, como por ejemplo Cap Bretón o la entrada
del estupendo refugio del mar interior que conforma la bahía de
Arcachon, tienen entradas traicioneras y muy comprometidas al
tener un fondo de solo 2 ó 3 metros en la bajamar. Por ello,
justo en las bocanas se forman largos cilindros rompientes
imposibles de atravesar en velero y a penas navegables en
potente motora en la que podamos arriesgarnos a navegar entre el
"valle" entre dos rompientes (una experiencia tan memorable como
adrenalítica).

En el mar
cantábrico, los puertos refugios son mejores a los de Las Landas francesas, en donde todos los
años se hunden algunos barcos al intentar negociar estas
peligrosas bocanas. Sin embargo con fuertes vientos del norte
más vale arrumbar hacia Galicia, pues muchos de los encantadores
puertos de las costas del norte de España se tornan también muy
peligrosos.
La clave
está en meteo
Hace años,
los navegantes preferían hacer Oeste antes de cambiar el rumbo
al Sur, para evitar quedar atrapados en mitad del Golfo de
Vizcaya que puede zarandear el barco durante días antes de
permitir salir de sus garras.
Pero ahora
los modelos meteorológicos aproximan muy bien la meteo a 3 ó 4
días vista. Esto permite poder navegar con confianza mientras
estemos dentro de la ventana meteo que nos permita atravesar con
comodidad sus aguas. 400 millas se pueden navegar bien en 3 ó 4
días con la seguridad de conocer los vientos y el estado de la
mar que nos espera.

Debemos
ser prudentes con las previsiones de baja resolución, puesto que
las condiciones particulares pueden hacer que estos ficheros
GRIB no reflejen el estado real que podemos encontrar una vez
perdida de vista la costa. Por ello es conveniente descargar un
fichero GRIB de resolución de casillas por debajo de las 5
millas y conocer los cambios de meteo que podemos encontrar en
cada pequeño sector por el que vayamos a navegar en caso de
esperar más allá de F4.
A pesar de
la energía feroz que todos los años se desencadena en el Golfo
de Vizcaya, este mar es uno de los más transitados, pues es ruta
habitual de mercantes con rumbo hacia o desde las costas del Sur
de Inglaterra. Por ello es del todo aconsejable hacer uso del
AIS al surcar sus aguas pues este dispositivo nos anunciará la
presencia de otros barcos y dará a conocer la situación del
nuestro, que puede andar ocupado en evitar las rompientes y las
redes de pesca de los numerosos pesqueros que cursan estas
aguas.
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