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Probamos la propulsión eléctrica:

Lagoon 420 Hydrid

 

 

 

Ya sabíamos de él… ¡Pero probarlo en vivo es otra cosa!

La sensación es impactante... Soltamos amarras y en el más completo silencio el barco se pone a andar con brío. ¿En una sola palabra? …¡Sensacional!   

 

Al finalizar el pasado Salón de Palma de Mallorca tuvimos la posibilidad de navegar un día completo y en compañía de los responsables de Lagoon Francia, para conocer con detalle las “emociones” que transmite este nuevo modelo que viene a sustituir al 410. Lejos de contar lo típico de una prueba de barcos, queremos sencillamente transmitir la experiencia de navegar con este novedoso sistema de propulsión, que estuvimos alternando continuamente con las velas para poder entender el nuevo concepto de navegación “hybrid”.

 

En el interior del barco se encuentra un conmutador de 5 posiciones que podemos “comparar” con la palanca de cambio de un coche automático. Una vez seleccionada la posición de “navegación” el barco está listo para responder a las dos palancas de “energía” que gobiernan a cada uno de los dos motores y comenzar la maniobra de salida. (ver artículo: Lagoon 420)

 

La placa electrónica controla junto con el "variador" de cada motor todos los parámetros eléctricos del sistema. El conmutador de 5 posiciones permite definir el moto de funcionamiento de energía del barco. En uno de los cofres exteriores se encuentra cómodamente instalado el generador diesel que alimenta todos los sistemas de Lagoon 420 Hybrid.

 

 

Primera sensación: La sensibilidad es fantástica y el control de la potencia sin parangón. Es posible poner a girar los motores desde solo unas pocas vueltas por segundo hasta el régimen máximo de potencia. Una diferencia fundamental respecto a los tradicionales motores diesel radica en el par motor máximo y continuo que ofrece un motor eléctrico a cualquier régimen de giro. Esto se traduce en una inmediatez de respuesta y de potencia imposibles con cualquier motor de explosión. (ver artículo sobre el Par Motor).

 

Todo queda reenviado hasta el puesto de mando. Una única persona es perfectamente capaz de llevar el barco. El panel eléctrico indica mediante amperímetros analógicos el estado actual de consumos y cargas de cada motor. Instalados en el reposapiés están los mandos de los winchs eléctricos que ajustan escotas y drizas sin el menor esfuerzo. Sobre ellos se han dispuesto cajas para organizar los cabos que no trabajen.

 

 

Segunda sensación:  Hasta acostumbrarse, debemos ser cautos con la palanca de potencia, ya que incluso al máximo de potencia, lo único que oímos son los borbotones del fuerte chorro de agua que sale disparado por las popas de los cascos. El murmullo  es parecido al de un riachuelo de montaña. No hay más sonidos. Quizás resultara conveniente la instalación de un par de cuenta revoluciones en los árbol de hélices, para poder conocer la potencia de propulsión que se está generando en cada patín. Ninguna vibración, ningún murmullo. Sólo potencia.

 

 

 

 

Tercera sensación: De repente y sin sobresaltos notamos que el grupo electrógeno se ha puesto en marcha. La central digital ha detectado que estamos “comiendo” muchos amperios del parque de baterías y necesita generar corriente para mantener estos andares. 6 nudos en eléctrico sin problemas y con más de 1.000 millas de autonomía. 8 nudos de máxima medidos a GPS. El generador se detendrá solito cuando sea necesario, de la misma manera que también se puso en marcha. Ahora si que notamos el ruido de un motor pero el grupo es notablemente silencioso y está astutamente ubicado en un enorme cofre en el exterior del barco. Desde las cabinas o en las camas, el silencio es total… Bueno sólo se dejan oír los chapoteos de las olas contra la carena. ¡O sea una delicia, especialmente para los que gustan de realizar navegaciones largas y nocturnas!

 

En popa de cada patín se encuentran los dos parques de baterías que alimentan los motores y se cargan con el generador. Cada uno de ellos tiene 6 baterías enormes de 12 voltios conectadas en serie para llegar a los 72 voltios de continua que necesitan los motores de propulsión. Cada parque.. 400 Kilogramos de Ácido/Plomo.

 

 

Cuarta sensación: El día es de lujo. La bahía de Palma ofrece unas condiciones magníficas para navegar a vela. 20 nudos de viento, solete moderado y 25 grados de temperatura. ¿Alguien da más? 

 

 

Subimos mayor y sacamos todo el génova. El Lagoon está equipado con winches eléctricos de modo que nada de trabajar como locos con la driza. Todo es fácil y las maniobras están perfectamente reenviadas hasta el puesto de gobierno de modo que el barco puede ser manejado sin problemas (mayor y génova) por un único tripulante.

 

Llevamos las palancas a la posición neutral. Ahora las hélices se siguen moviendo arrastradas por el agua, y generando energía eléctrica que recarga los parques de baterías. En cuanto estén cargados las hélices girarán sin retención y frenarán muy poco el catamarán.

 

El banco de proa es inmenso... Otro lugar perfecto para relajarse mientras navegamos. Debajo de él encontramos muchos cofres para estiba.

 

Mar muy tranquila y 20 a 25 nudos de viento que nos permitieron comprobar lo bien que navega a vela incluso en ceñidas hasta casi los 40º de viento. A 60º y hasta el través, el "cata" mantuvo los 7 nudos y con la comodidad absoluta de navegar adrizados sin la más mínima escora claro!. Más adelante tuvimos la oportunidad de navegar con genaker comprobando la eficacia de esta vela y lo fácil que se maneja con un enrollador Facnor.

 

Lagoon 420 con mayor y genaker haciendo cómodamente 7 nudos. La ventana del techo de bañera permite controlar y ajustar las velas desde el puesto de mando. Sobre el techo del Roof se divisa una magnífica panorámica. Otro sitio perfecto en el que viajar.

 

 

Otras posiciones de control

Las otras posiciones del conmutador de marcha están pensadas para bloquear la propulsión en fondeo o para permitir el uso y disfrute del barco mientras permanecemos amarrados o autolimitar la propulsión a un 60% del máximo. Sea cual fuere la opción elegida, el sistema es totalmente inteligente y tiene en cuenta un montón de parámetros para decidir si debe arrancar el grupo electrógeno que alimenta los motores y carga los parques de baterías, cuando se debe desconectar y que hacer con la energía que obtenemos al navegar a vela como consecuencia del arrastre de las hélices.

 

Distribución e interiores

Sin ser el objetivo de este artículo centrado en la motorización eléctrica, no podemos dejar de comentar la esmerada carpintería y soluciones de distribución adoptadas. El camarote principal es simplemente increíble digno del mejor hotel.

 

En el Lagoon 420 encontramos diferentes "ambientes" como el salón interior, la zona exterior que queda unificada con el interior al abrir las correderas, la amplia y cómoda zona de proa, encima del roof, los asientos de los patines de proa,... ¡No hay color con un sloop! los que están sentados en el puesto de gobierno pueden charlar con los amigos sentados en el sofá con forma de "U" de la bañera en la que se puede instalar en apenas un minuto la mesa del salón interior o bien una pequeña mesita baja logrando un apetecible centro de reunión.

 

El "cata" puede ser llevado desde el puesto de gobierno interior con banqueta basculante. La mesa central se monta en el exterior en una rápida operación. A la derecha se encuentra el mueble bar situado al lado de la escalera que lleva al camarote principal.

 

El lagoon 420 ofrece espacio y habitabilidad a raudales: En muchos muebles encontramos cajones y puertas que aprovechan todos los espacios. Debajo del suelo de los dos cascos también hay espacio para estibar. Bajo las camas más espacio, en los cofres de bañera más y más volumen. Ideal para llevar absolutamente todo lo que necesite.

 

Si está usted acostumbrado a los baños normales de cualquier veleros se volverá a sorprender de forma grata. Al fondo ducha amplia y separada, espacios más propios de una casa que de un barco, hueco hasta para una lavadora... En el Lagoon todo es diferente, y si navega un poco más de lo "justo", es posible que le empiece a merodear por la cabeza la idea de vender su barco y pasarse definitivamente a los catamaranes. ¡Pruébelo!

 

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